lunes, 22 de abril de 2024

 ANTIPOESÍA

Instante de modulación amorosa
Godínez y la condesa
matean amargos bajo el laurel.
Padecen un amor de astrolabio,
de sextante roto.
Cabecean estrellas semánticas
con la polea cervical del deseo
y suspiran.
El olor a puchero es equidistante
al jardín de las tigridias y los rododendros.
Al caracú le importa un pito los misterios de la pasión,
aún así,
ella se descose soplando el tuétano.
Él es respetuoso, en su abandono.
Pasan minutos como soldados al frente
y la raíz que soporta a sus afectados miedos
preferiría escarbar en Ruanda; lo que sea,
un pozo ciego.
Y los cuerpos… los sujetados cuerpos.
Godínez anuda su boca para un abrazo oliva.
Cruje un cartílago; lejos
un plato volador estrella bandadas de loras.
Del cielo, los fusibles, llueven
y varios grises en sudadera tricolor, a la francesa.
La parquedad se agusana y la cuestión amorosa no avanza.
Ella estira sus piernas, maldice las varices eléctricas que la acomplejan.
¿No te ha pasado?
Antes de hacer los deberes, juegan piedra, papel o tijera
y, por ello, las dentaduras postizas descansan, inolvidables, entre macetas.
¡Ahora sí…! Abra cópula de párpados,
pinceladas sarcoline en los roces
y arbitrarios mordiscos,
con carpa.
Eschatological disease
Pis nena
en los ojos, hacia la boca,
en la desenfrenada fronda de las cienes del planeta.
Como mierda verde menta,
pasta negra,
desde el rosado volcán que defeca
eslabones endiosados de boñiga fresca.
Efluvios del advenimiento y
un escapulario manchado ocre.
Pis nena,
para la cara deforme del momento,
de la fuente magnética.
Entrepierna.
Una caricia fuera de rango,
con la fusta manifiesta de tu revés,
a la perra
vieja y obsoleta perra
que desea.
Paroxismo escatológico en la madre selva,
líquida, acida, dorada y tibia.
Los dedos estrujan heces,
escurre el palpitar del minutero beige,
como soliloquio de intestina pátina
sobre el lienzo del sumiso papel
de la carne vieja.
Fiel perra…,
nena.
Total…
A ver si nos corremos,
a pleno vientre convexo,
encima del enjuto eventual colchón
¿aséptico?
Como se corren los zares en colectivo
o los bazares en sus ollas de aluminio;
carreteando los espasmos
hasta el último, impreciso, momento.
Como un torniquete a la herida, comprimidos,
vaporosos y saturninos,
en el entrepiso de los canguros, corridos.
Leche encendida de tibia y peroné, tuya,
mía, del cuadriculado vecino, que mira.
Callejón de gemidos
sin perdones ni careteados avisos.
Por los estremecidos fumados dientes, distorsionados
y amarillos
y los cinco ojos perdidos
en un polvo cobrizo, termonuclear.
A ver si probamos a mi lanzacohetes moderno
en tu culo atornillado de maniquí divertido.
A ver si nos corremos
en el banquillo perimetral del vecindario vencido.
¿Y después?
Pornografía
Desviste, la noche, sus cadáveres inciertos.
El rimel ventral del parpadeo
cuaja en la cúspide morada de una lengua
que destila
ámbar estilográfico
en un escote de huesos.
Solo cuencas abisales
contemplan
el descosido dobladillo del instante.
Y nosotros, cabalmente muertos,
rozamos dedos,
umbríos, asimétricos y ennegrecidos dedos,
bajo el redil del blanco manto,
deslumbrados por el pulsar de las ánimas fluorescentes.
Entumecidos de cielorraso
nos amamos
como perros abotonados,
sin botones, ni perros o jalones desesperados;
tiesos y
en la henchida curva de los gusanos.
Fantaseamos besos de escamados labios,
eléctricos estremecimientos
en formol,
como sacrosantos payasos
del itinerante circo de plumbago azul
que envuelto en llamas
nos abrazó.
Extraña métrica senegalesa
Pi jas de mor ci ll osa he ren cia
man ci llan cu los chic lo sos
sin una piz ca de caute la.
Le chu das ne gras pan a ceas
de las con fesas
ball enas viejas, agu antan tercas
va ras ere c tas
ha sta la me ta de sus putas p eras.
Son ambi ciosas las re carneras
y se ahue can sin la más métrica
que sus vul vas chuzas
por mil ch oca das
y por tre s pe l o s tan asimétric as.
Será d eun di os e sta cho ta BESTIA
senegalesa.
Eco, praliné, díscolo
Praliné encaja eco,
dislate en tres por cuatro a sotavento
y ñoño en vez par serpentina
pez.
Carlomagnos en carmín macetón
diversifican ostensible latitud del díscolo yunque
y su palúdica luctuosa grulla
de acetileno del lux.
Haz casi candil homomelífugo
en clave de do,
veintinueve pies a la izquierda
sobreseído de promiscua aunque tos
branquial q.
El dromedario u ve doble politeísta del forúnculo aquel sí;
troquelar esperma de simio liso,
con asterisco derrape
¡ni hablemos!
Mil cuatrocientos siete y x pulgada rosa
glu, puf, ventrílocuo ñam,
atchung mamma.
Lo siento, listo, ante creo…
eventuales yo.