jueves, 25 de julio de 2024

    




MUNDO GUANACO


Vamos a cambiar el mundo
con besos y rosas,
con soles como lunas rojas;
desde el monte a las salinas
cascabeleando orwellianas caderas
sobre laxas mesas
de un bar en decadencia.
Sin censura ni lacres,
o espaciosas fisuras de la cabeza.
Como guardias guanacos
de la puna carmesí,
con el peto deslucido de un inca
en su devenir.
Dar vuelta la lengua
por la quebrada del cuello,
hasta acertar agitaciones del alma
en la diana gris.
El mundo, a cambiar, vamos
subrepticios, un tanto lejanos;
desde el Arco de Triunfo
al rajado anfiteatro.
Napoleónicos, espantados y carcomidos, sin asco ni saco.
Este mundo de opiáceos
y estancados autobuses,
pelota de estridencias
en la arritmia de sus latitudes.
Tú y yo y los violadores de turno,
sacamantecas y profanos,
mineros de la tos
y todos los soviéticos que han quedado
bajo la rima de los cañonazos.
A cambiar el mundo de sus calzones cagados;
por la ira de Don Paco,
del medio judío con cáncer de cólon,
de la florista a la que amputaron el puesto,
por aquellos niños, travestidos, del coro
y el sancocho de gentuza del barrio.
Por todos los zurcidos, obtusos y
devotos,
vamos a cambiar el mundo
como lustrosos guanacos del ocaso.