Visiones umbrías. ( a Joseph Conrad )
El alma estilográfica
en el Sulaco se amarra.
Nostromo que has
soñado cada incierto aparejo,
mientras Marlow
relata sobre un triste oficialejo,
el corazón del Congo
en la tiniebla se abigarra.
Polonia será cuna y
tan francesas las maneras,
que distinguen a
Conrad, gran maestro del suspenso,
arquitecto de la mar
y penumbra de riberas.
Es selva conquistada
por colonias extranjeras,
donde Kurtz
es el dios del enigma más intenso.
El marfil está
maldito y endiabla las calaveras.
Será fondeado el
hombre hasta su alma bizarra,
en la ambición de
Battista el gusano más añejo,
de cobarde como de
Tuan habrá de Jim un dejo.
Por el río, un vapor
avanza a la jungla y a su garra.