24 hs
Un desgano a Clonazepam
se adueña del hirsuto día,
como hirsuto el perro pelo
de la perra melancolía.
24 hs no bastan
para asesinar al tiempo,
que amontona a sus acólitos
en bolsas con naftalina.
Como labios cosidos
al murmurar ciertas cosas,
hay latidos de ojos
sobre un palpitar de cenizas.
Se miran, dos seres miran
desde un promontorio azul
de estratificadas sonrisas.
Capa tras capas,
un desgano a roces
en el cuarto se edifica,
mientras las ventanas desangran tardes
a degüello de arreboles lila.
Los besos momificaron
en la piel miel de un jarrón florido
y tres suspiros con vencimiento
empastaron a las caricias.
24 hs no bastan
para acertar al tiempo alguna mortal herida,
si el cenicero de latón
y un zapato deslucido
son testigos inamovibles
del cigarrillo que trepa el humo
con aires de lagartija.
Entonces, dos seres miran,
con deslave de parpados,
a la danza, monótona y cruel,
de las manecillas.