martes, 23 de enero de 2024

 


 

Pinta, entre dudas, pinta

 

Pinta, ansioso, el ser,

el monumento a sus controversias

en los vacuos confines del alma.

Pincelada tras pincelada,

aflora el verismo de toda pasión mundana.

Su pictórica obra,

en desbordada desdicha,

lo acompleja, azota y desgarra.

Por ello, de cuando en cuando,

hiere a su cuadro con purpúreas estocadas,

en un dramatismo de matices

develando

un sinfín de preguntas que a sí mismas se plagian.

Pinta, el ser, pinta,

devenido a artista por su propia causa,

con temple de colores desleídos,

al óleo y al agua,

en cromática yuxtaposición

acontece, esforzada, la trama.

Porque pinta con desesperación y pinta

con proletaria hazaña,

con revolucionarias manchas

o con burguesa arrogancia.

Desencaja cada sombra, trastoca la vana imagen

pincelada tras pincelada.

Traza gruesas líneas

desde inciertas esquinas blancas;

mezcla raros colores, descubre ocultas capas y,

en la desarmonía de la forma,

sucumbe

su alicaída esperanza.

Como Giotto renacentista

el artista, sin relevancia,

sofoca  paletas, a sus musas y angustia,

en la perspectiva profunda que arroja el lejano friso,

como remate de las frías paredes,

en los más tristes confines del alma.